
29 May «Siento que mis hermanos sacerdotes están siempre ahí para mí».
Hace unas semanas D. Hilary Kauseni Ndeke realizó su vinculación indefinida a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.
D. Hilary Kauseni es el primer operario nacido en Zambia. Hace siete años alcanzó el sueño de llegar a ser como aquellos operarios que conoció de niño en la Misión de Mishikishi y que le administraron los primeros sacramentos.
Coincidiendo con la pasada Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, celebrada el 12 de mayo, D. Hilary realizó su vinculación indefinida a la Hermandad. Quiere ser sacerdote operario para siempre consciente de que no puede realizar este camino sin la ayuda de los demás operarios. Sólo con otros se puede vivir la fraternidad sacerdotal.
Desde hace dos años es formador y profesor en su tierra natal, el Seminario de San Agustín en Kabwe (Zambia) donde acogen a 85 seminaristas filósofos de todo el país.
Nos ofrece ahora un testimonio sobre su vocación de sacerdote operario
¿Cómo surge tu inquietud por ser sacerdote?
Mi inquietud vocacional surgió al ver la entrega pastoral de los primeros operarios diocesanos en la Misión de Mishikishi (Zambia), D. Sinesio Rodríguez Santamarta y D. Gregorio Adan Patel. Como monaguillo, me vino en mente la idea de “ser como ellos.”
¿Qué fue lo que te movió a dar el paso para entrar en el seminario?
Al inicio, no quise hacer caso a la idea que me venía en la mente de “ser como ellos”. Pero después de los estudios de la escuela secundaria, me di cuenta que la idea persistía en mí. Lo que me movió fue el único deseo de ponerme al servicio de los demás. Pensé que eso me haría feliz. Los testimonios vocacionales del día del Buen Pastor y de oración por las vocaciones me hicieron tomar la decisión de ingresar al seminario.

¿Cómo asimiló tu familia tu vocación?
Mi decisión fue recibida con lo que en inglés llaman “mixed feelings”: unos expresaban una inmensa alegría mientras que otros esperaban otra cosa de mí. Lo más bonito de todo fue el hecho de que cuando inicié mi formación, recibí el apoyo de toda mi familia y creo que todos comprendieron y vieron que ese camino me hacía feliz como persona.
¿Qué significa para ti ser sacerdote?
Para mí, ser sacerdote significa ser como Cristo, que enseña a amar y servir a los demás. (Jn 13:14-15). Este texto bíblico, que explica el ser y hacer del sacerdote, lo tomé como lema de mi ordenación:
14Pero si yo, que soy maestro y señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. 15 Les he dado ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.
Ser sacerdote, para mí, es ser como Jesús Cristo para con los demás y hacer lo que Jesús hizo con los demás: amar y servir a los demás.
¿Y ser sacerdote Operario?
Al inicio de mi vocación está el testimonio vocacional de los Operarios. Fui bautizado por un Operario (D. Gregorio). Quise “ser como ellos.” Ser sacerdote Operario es poder ser como Cristo y hacer lo que Cristo hizo con el apoyo de otros Operarios. Dicho de otra manera, ser sacerdote Operario significa, para mí, ponerme al servicio de los demás con la ayuda de otros Operarios, quienes me ayudan a llevar acabo mi tarea pastoral. Estos hermanos me ponen también, con su corrección fraterna, en el camino de la santidad.
¿Cómo ha sido tu experiencia de fraternidad sacerdotal?
Fui ordenado sacerdote el 10 de agosto de 2013 y desde aquel día he siempre vivido entre otros sacerdotes, muchos de ellos con mucho recorrido sacerdotal. Pienso en la experiencia en el Colegio Español de Roma (4 años, un año como diacono y 3 años como sacerdote), en Lubumbashi (RD Congo) en Mexico, en Ndola (Zambia), en Cuba, en el seminario St. Augustines Major Seminary… Siento que mis hermanos sacerdotes están siempre ahí por mí; compartimos las alegrías y también los momentos tristes del caminar sacerdotal. No me puedo imaginar hacer este camino sin los demás sacerdotes; sacerdotes que comparten sus experiencias, que iluminan mi fe con sus predicaciones, que me ayudan a retomar el camino con sus correcciones fraternas y sacerdotes con quienes comparto momentos de ocio. He encontrado sacerdotes muy diferentes en la manera de vivir el ministerio sacerdotal, pero todos con algo que enseñarme. Y a pesar de las diferencias, algo en común nos une: el sacerdocio y la fraternidad sacerdotal.

¿Qué significa para ti hacer la vinculación indefinida a la Hermandad?
La vinculación indefinida a la Hermandad significa para mi seguir creyendo en la santificación que viene con la ayuda de los hermanos Operarios y seguir creyendo en la Obra que Dios inspiró a D. Manuel Domingo y Sol. Es un momento importante en mi vida que me invita a comprometerse más a la vida fraterna y al servicio de las vocaciones en la Iglesia.
En tu recorrido vocacional has pasado por varios países. ¿Qué ha significado esta experiencia para ti?
He pasado por muchos países y he también aprendido muchas lenguas. Una lengua trae una cultura. Este recorrido vocacional por varios países ha enriquecido mi cultura y me ha enseñado a apreciar mi cultura y también la de los demás. Me ha hecho también vivir otras experiencias eclesiales que no se dan en todos los lugares. Pienso en la experiencia religiosa única de estar en el Santuario de la Virgen de Guadalupe en México; pienso también en esos momentos que estaba concelebrando con el Papa en la plaza de San Pedro (Vaticano). Ha sido una experiencia que me ha servido para conocer la Iglesia, amarla y también querer ponerme a su servicio en cualquier parte del mundo. La Iglesia está en todo el mundo.
¿Qué es lo que haces en el Seminario de San Agustín de Kabwe?
Estoy en el Seminario de San Agustín de Kabwe desde agosto 2017. Soy formador y profesor de Sagrada Escritura. Doy clase del Antiguo Testamento a los seminaristas del primer año de filosofía y del Nuevo Testamento a los de segundo año. Aparte de eso, soy moderador de una comunidad de base: San Juan Pablo II. La vida del seminario se divide en comunidades de base (Small Christian Communities). Cada comunidad tiene 10 o 11 seminaristas y un sacerdote. Muchas actividades del seminario se hacen en las comunidades de base, incluso las Misas del lunes y jueves. Este curso tenemos 85 seminaristas. Soy también secretario del equipo de formadores.
¿Qué es lo que más te gusta como formador?
Lo que más me gusta como formador es estar con los seminaristas enseñándoles el camino que han de tomar para responder a la llamada de Dios y aprendiendo de ellos.
¿Qué es para ti la Biblia?
Para mí la Biblia es la voz de Dios, que suena en cada situación que se vive.
¿Qué retos tiene hoy la formación sacerdotal en Zambia?
La formación sacerdotal en Zambia tiene varios retos. El primer reto es el de tener formadores preparados en varias áreas de formación académica, por ejemplo, profesores de filosofía. Otros retos son: el gran número de seminaristas, lo cuál hace difícil conocerles y acompañarles de cerca; el nivel académico muy bajo con el que los seminaristas llegan al seminario; las deterioradas infraestructuras donde los futuros sacerdotes se forman.
Algún mensaje para los que se preguntan sobre su camino vocacional…
El evangelio nos invita a ponernos al servicio de Dios y de los demás. La pregunta clave para un cristiano que discierne su vocación, debe ser: ¿En qué estado de vida puedo servir mejor a Dios y a los demás? Dios acompaña y permanece con los que se atreven a ponerse a su servicio y al de los demás.