
19 Mar San José: sueños que renuevan
Celebramos la solemnidad de San José, patrón de la Hermandad, con ánimo de soñar, de buscar la voluntad de Dios y el bien del prójimo allí donde está nuestra misión.
La solemnidad de San José nos habla de nuestros orígenes, porque Mosén Sol quiso que fuera el patrón de la Hermandad. Nuestro beato fundador lo justificaba así: «Hace años que, al querer iniciar la obra de vocaciones eclesiásticas, rodeados de dificultades, fatigados por la penuria y las contradicciones, buscábamos una sombra que la guareciera y pusiera a salvo la obra de nuestras manos. Y un alma grande, un protector insigne, nos señaló con la mano y nos prescribió, casi con mandato, la figura de San José. Y bajo su sombra se puso esta casa matriz, y bajo su manto hemos colocado los otros colegios, y en los pliegues de él se han escondido los hijos de la vocación, y bajo su sombra y protección pusimos el único colegio y casa española de estudios en Roma, y nuestra esperanza no ha sido defraudada» (Escritos I, 3 13).
D. Antonio Torres, primer biógrafo de la Hermandad, profundizaba en la devoción de Don Manuel a San José: «El recuerdo de San José va constantemente unido y vinculado al de Don Manuel y su obra; y hasta tal punto lo han comprendido así las gentes, que los Operarios son comúnmente conocidos y designados con el calificativo de “Josefinos”, por haber dado Don Manuel a las Casas de Vocaciones por él fundadas el significativo título de ‘Colegios de San José’. (TORRES SÁNCHEZ, A., Vida del Siervo de Dios Don Manuel Domingo y Sol, Tortosa 1934 p. 707).
Sueños que renuevan
Este año, ponemos el foco en su capacidad de soñar. Los sueños de San José son sueños que renuevan, que cambian el rumbo de los acontecimientos, porque revelan la voluntad de Dios. Por ello, también nosotros nos hemos animado a soñar y hemos invitado a soñar a otros.
A través de la campaña #SueñosQueRenuevan, hemos mostrado en nuestras redes sociales los sueños que tenemos los operarios, los seminaristas y los feligreses. Sueños que se resumen en buscar la voluntad de Dios y el bien del prójimo allí donde está nuestra misión, al igual que hizo nuestro patrón San José.