17 Jun P. Sergio Espinoza López celebra sus 25 años de ordenación sacerdotal
El sacerdote mexicano afirma que es feliz «sirviendo a Dios en la Iglesia en el carisma de nuestro querido Mosén Sol».
Mañana, día 18 de junio, el p. Sergio Espinoza López celebra sus 25 años de ordenación sacerdotal. Actualmente desempeña su ministerio en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles en Naucalpan (México). Les dejamos a continuación la entrevista realizada al p. Sergio a a causa de esta celebración.
1.- ¿Qué significa para ti celebrar 25 años de sacerdocio?
Reflexionar en que el tiempo pasa y tienes que irte adecuando a las capacidades que van cambiando e ir pasando la batuta a los nuevos, además la humildad de aceptar lo que se te pida ya en este momento. Contemplar mi historia de vida de estos 25 años y simplemente refrescar ese origen que motivó mi respuesta a Dios en su invitación a servirle, y quizá una reconversión si he dejado que entre en mi vida infidelidad a Jesucristo. También no vivir del pasado totalmente, archivar algunos recuerdos para construir nuevas esperanzas.
2.- ¿Cómo surge tu inquietud por ser sacerdote?
Durante mi niñez, mis padres me acompañaron en la vivencia de la fe e ingresé como acólito en la iglesia de mi pueblo, con una visión un tanto romántica empecé a aspirar a ser como el sacerdote. Fue mi padre el que un día me dijo: «¿No te gustaría ser sacerdote?». Le dije que sí, pero que no sabía cuando.
Llegué a vivir a la colonia Irrigación donde se encuentra la parroquia nuestra señora de Fátima que atienden pastoralmente los padres operarios.
Diré que durante todo ese tiempo me quedé pensando en lo que mi padre me había dicho acerca del sacerdocio, por ello no olvide mi vivencia de la fe. Ya el estilo de los padres de la parroquia, su cercanía, su amistad me dieron confianza y solicité a un padre, José Luis Hernández Olalde, acompañamiento para discernir y decidir mi rumbo e ingresé al Aspirantado en 1985.
3.- ¿Qué ministerios has desempeñado como operario durante estos años?
El 18 de junio de 1994, día de mi ordenación sacerdotal, fui designado secretario del consejo de la delegación de México y luego, administrador de la delegación de México y representante legal de la delegación de México.
En agosto de 1999 fui designado párroco de nuestra Señora de Fátima, al mismo tiempo Delegado del director general Ángel Pérez. E n 2003, tras fallecer mi madre, fui enviado a la diócesis de Matehuala, S.L.P., en la parroquia nuestra señora de la asunción estuve como párroco y coordinador de la pastoral vocacional colaborando con los operarios Jaime Vargas y Felipe Flores.
En agosto de 2005 fui destinado a administrar la casa de ejercicios quinta Saulo, juntamente atender como párroco nuestra Señora de los Ángeles.En Julio de 2009 fui designado Delegado gestor del Director general Jesús Rico García hasta noviembre de 2014.
4.- ¿Qué recuerdos te quedan de tu época de Aspirantado?
Como ya ingresé joven adulto, fue tiempo de discernimiento fuerte, de fe, esperanza y dramático, porque ya no estaba acostumbrado a una obediencia ciega, el estudio sistemático, todo fue para mí una oportunidad de dar este pasó con seriedad, sólo con la confianza en Dios y mis formadores. En ese momento fue una etapa de ingreso de jóvenes ya adultos por tanto era un vivir de manera distinta que cuando se es adolescente. El padre Marino González fue para mí un formador excepcional pues él aunque nos hacía entrar en la disciplina desde el deporte hasta la comida, fue muy comprensivo conmigo y tolerante, me motivaba cuando me desanimaba por mi dificultad de seguir el ritmo del seminario.
5.- ¿Cómo viviste el día de tu ordenación sacerdotal?
Fue un día increíble porque no lo podía creer después de tantas dificultades en mi proceso de formación. Recordé a mi padre, ya fallecido. El Obispo Mario de Gasperín dijo en la homilía: «Don Benigno desde el cielo está viendo esta liturgia con alegría por la ordenación de Sergio». Se me saltan las lágrimas cada vez que veo el vídeo.
6.- ¿Por qué sigues siendo sacerdote 25 años después?
Solo que Dios lo permitiera dejaría el ministerio, pero a estas alturas con mis quizá virtudes y defectos soy feliz sirviendo a Dios en la Iglesia en el carisma de nuestro querido Mosén Sol.
7.- ¿Durante estos 25 años ¿cómo ha evolucionado tu manera de vivir el sacerdocio?
Considero que Dios permite nuestro ingreso al seminario con cierto aire de romanticismo e idealismo, el estudio, la convivencia y la formación van haciendo madurar el verdadero sentido de la consagración sacerdotal. Luego los diferentes destinos y tareas pastorales van haciendo sólido ese ideal inicial. Además de la experiencia que se adquiere al servir al pueblo de Dios en la tarea que destine.
8.- ¿Qué significa para ti ser sacerdote operario?
Vivir el sacerdocio en comunión y fraternidad con otros hermanos que van en el mismo rumbo, lo que más me ha hecho feliz es el sentirme en fraternidad con los hermanos aunque algunos sean difíciles de trato. Hoy siento que a pesar de tanta literatura de formación permanente en la fraternidad y las virtudes humanas, la insistencia en la formación intelectual, hace frías y un tanto estériles nuestras relaciones fraternas, un tanto deseo de arribismo de poder y sobresalir en los nuevos. No me veo de otra forma, sólo viviendo en fraternidad con otros operarios.
9.- ¿Cómo es tu experiencia de fraternidad sacerdotal?
Siempre he tratado de vivir la fraternidad en los equipos donde he estado y buena amistad con los operarios, puedo decir que aun teniendo diferencias con algunos en su momento, vivo mi cercanía con todos en familia porque mantengo mi cercanía con la familia carnal eso te hace más fraterno que si te alejas de ellos. No estoy acostumbrado a estar peleado con algún operario.
10.- Una experiencia inolvidable.
Pues hay muchas, pero en referencia a la entrevista, mi ordenación sacerdotal en la hermandad. Fue un regalo de Dios ya en el momento que terminaba mi juventud madura. Como un pilón de regalo a mi vida.
11.- Una anécdota graciosa.
Siendo capellán de san José de Gracia en Querétaro me sucedió esto: estaba comiendo con el p. José Serrano y Pablito Fuster y comenté un problema de una persona en el confesionario que no tenía nada de grave sin decir el nombre, ninguna referencia. Al terminar de comer me dijo el padre Pablito, «¿Vienes a mi habitación un momento?». Le dije que sí y fui. Entre me senté y me preguntó si era un secreto de confesión, yo le dije que no, se quedó tranquilo, pero vi que tenía trozos de pan en su escritorio y había muchas hormigas, y las empecé a matar, le dije: «Padre tiene aquí muchas hormigas». Y empezó, molesto, a decirme: «¡Déjalas, Déjalas!» y yo le dije: ¿Por qué padre? Y él me dijo: ¿Que no ves que las puedes lastimar?
12.- Un mensaje para quien se pregunta por su vocación.
Buscar un acompañante vocacional y espiritual que le ayude a discernir. Si es llamado del Señor o una imaginación personal.
13.- Un pasaje bíblico.
Lc 24, 5 “Por qué buscan entre los muertos al que está vivo no está aquí ha Resucitado”.
14.- Un libro… Religioso: “La vida del beato Manuel Domingo y Sol” de don Antonio Torres; Profano: “La Madre” de Máximo Gorki
15.- Una película. La misión
16.- Un personaje. El Beato Martín Martínez Pascual, murió por ser sacerdote y dando su vida por la de su padre.