Los Operarios asumen la formación en el Seminario de La Patagonia, en Argentina

Los Operarios asumen la formación en el Seminario de La Patagonia, en Argentina

Los sacerdotes operarios D. Daniel Lascano y D. Fredy Villacorta integran, desde hace unas semanas, el nuevo equipo de formación del Seminario San Pedro y San Pablo de la Región Patagónica, en Argentina.

La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos estará encargada desde ahora de la formación de los seminaristas del Seminario San Pedro y San Pablo de la Región Patagónica, en Argentina. D. Daniel Lascano es el nuevo rector, mientras que D. Fredy Villacorta asume la misión de formador. El pasado 7 de marzo, ambos sacerdotes operarios hicieron su profesión de fe y juramento de fidelidad como nuevas autoridades del Seminario Patagónico ante Mons. Roberto Pío Álvarez, obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia.

El P. Daniel y el P. Fredy nos cuentan, en esta entrevista, cómo han sido los primeros pasos de la Hermandad en esta nueva misión por la formación sacerdotal.

Sobre el Seminario de La Patagonia

Ubicado en el barrio bonaerense de Villa Devoto, el Seminario de San Pedro y San Pablo de La Patagonia está conformado por las diócesis y las prelaturas del sur de Argentina: Comodoro de Rivadavia, Esquel, Neuquén, Alto Valle, Bariloche y Río Gallegos. En la actualidad, hay 11 seminaristas, cuatro en etapa discipular y siete en etapa configuradora.

¿Cómo recibieron la noticia de que contarían con ustedes para la formación de este seminario?

Para nuestra Delegación del Cono Sur fue una propuesta que sorprendió y admiró a muchos. Reconocemos que el objetivo principal de nuestra Hermandad es dedicarnos a la formación sacerdotal y a la promoción de una cultura vocacional en la Iglesia y hacia los jóvenes. Esta solicitud de prestar un servicio pastoral y educativo en un seminario de Argentina también nos llenó de gozo, puesto que no contábamos con esta plataforma en suelo argentino, dado que hacía dos años nos habíamos retirado del Seminario de Jujuy. Para sumar a esta alegría, evaluamos la necesidad real que tienen estas diócesis del sur por falta de clero, por sus vastas extensiones territoriales entre sus ciudades y provincias, por la amistad que nos une con varios de los obispos del Sur, quienes confiaron este nuevo reto a la Hermandad. Como Operarios, nos dispusimos a “dar desde nuestra pobreza”, reacomodar personal para responder con osadía y generosidad a este nuevo llamamiento de la Iglesia.

¿Qué supone para ustedes desempeñar esta labor formativa?

Básicamente supone tres grandes aspectos:

En primer lugar, hace falta permanencia para establecer bases y hábitos formativos que perduren, aunque no estamos exentos de que puedan ocurrir imprevistos, no es lo conveniente en estos momentos.

Por otra parte, apostamos por la fidelidad al Proyecto de Formación, siguiendo las directrices de la RFIS y su adaptación con la Ratio Argentina. Es un buen detalle de elaboración por parte del obispo referente y sus formadores el año pasado. Estamos en perfecta sintonía con estos lineamientos; solo cabe esperar por parte de los seminaristas y del equipo su fiel asimilación y seguirlo “en espíritu y en verdad”, conforme a los ejes formativos que se establecen en dicho itinerario.

Finalmente, es necesaria la comunicación hacia las respectivas diócesis que se encuentran distantes de Buenos Aires. Que los jóvenes seminaristas realicen su formación a miles de kilómetros de sus diócesis de origen conlleva un doble esfuerzo por integrarlos a dichas realidades eclesiales específicas y por mantener una relación fluida con sus obispos y el presbiterio. Requiere estrategias de comunión “a distancia” y actualización permanente con el pulso de sus iglesias locales.

¿Cuáles son las claves de la formación que esperan impartir en el seminario?

Las claves de la formación son las establecidas en la RFIS: espíritu de comunión y de misión; sentido de familia, de hermandad; en diálogo continuo, progresivo y profundo con cada uno de los seminaristas, generando un clima de acogida y respeto mutuo; siendo facilitadores de cada proceso vocacional que realizan, en seguimiento a Cristo Pastor y configurándose con su mente y su corazón, abiertos a la gratuidad y a la solidaridad en la entrega. Para ello, la Palabra de Dios y la vida sacramental diaria son el sostén principal de cada respuesta, sin olvidar la dimensión humana y pastoral como ámbitos de maduración integral que los afirma en su proyecto de vida como futuros pastores de la Iglesia.

¿Cómo es el ambiente que se han encontrado en el seminario?

En su conjunto, encontramos una comunidad receptiva, expectante, abierta en el diálogo con sus nuevos formadores. Son espontáneos en sus expresiones y muy libres en manifestar sus inquietudes y miedos, sus anhelos y esperanzas. El período de pandemia lo atravesaron con ciertas dificultades. No obstante, el espíritu del seminario pretende ser dialógico y cordial, apelando al sentido cristiano de la caridad, el orden y el buen humor que predomina entre los muchachos. Como nuevo equipo de conducción, vamos de a poco ensamblando las líneas de formación que propone la Ratio con las sensibilidades múltiples y variadas que expresan los seminaristas, evitando graves confrontaciones y generando un ambiente de confianza, positivo y propositivo.

¿Qué idea de Mosén Sol resulta inspiradora en estos momentos?

Quizás las dos frases más conocidas de Don Manuel resuenan con mayor énfasis en este momento de inicio en este campo de acción pastoral. Por la prontitud de disponer de un equipo ante semejante necesidad percibida en estas diócesis del Sur Argentino: “Que no se diga que un Operario, pudiendo hacer un bien, no lo hizo”. Y otra frase que creemos firmemente: “La formación del clero es la llave de la cosecha”. Para dinamizar una Iglesia misionera y evangelizadora, son indispensables los ministros sagrados que dispensen al pueblo de Dios los sacramentos, anuncien la Palabra de Vida que ilumine en la Verdad y el Amor de Dios a todos los hombres y mujeres y los guíen por el camino de las bienaventuranzas, en comunidades vivas, audaces y creativas, fieles al Evangelio de Jesús.