“El Padre Martín es todo un ejemplo para alentar el anhelo de santidad entre los sacerdotes”

“El Padre Martín es todo un ejemplo para alentar el anhelo de santidad entre los sacerdotes”

El sacerdote e historiador D. Miguel Ángel Dionisio ha escrito el libro ‘El santo de la bicicleta’ (Ediciones Sígueme), una biografía sobre el Padre Martín Martín Martín-Tereso, sacerdote operario en proceso de beatificación. Hablamos con el autor tras la presentación de su libro en Sonseca, localidad natal del P. Martín.

Pregunta: Usted conoció personalmente al Padre Martín. ¿Qué recuerdo guarda de él?

Respuesta: Le conocí por primera vez siendo aún seminarista y luego, más tarde, cuando me encontraba en la parroquia de Sonseca, durante la estancia que don Martín solía hacer en vacaciones. Siempre me llamó la atención su alegría, su disponibilidad, su espíritu de servicio.

P.: ¿Qué le ha supuesto escribir sobre alguien conocido que ahora está en proceso de beatificación?

R.: Ha sido una gracia extraordinaria, pues he podido conocer por dentro, a través de la lectura de sus escritos y los testimonios acerca de su figura, un poco su alma, marcada por un profundo amor a Dios y a los hermanos, un deseo de servir a todos, pero especialmente a los pobres, a los enfermos o a las personas mayores.

P.: El P. Martín, no obstante, vivió gran parte de su ministerio fuera de la provincia de Toledo y de España. ¿Por qué ese interés por su figura?

R.: Por el impacto de su figura en Tucumán. Tuve que impartir un curso en la Universidad de Santo Tomás, en el año 2018, y allí, movido por el hecho de que le había conocido, mostré interés en acudir a su tumba; a raíz de ello, pude comprobar cómo, entre las gentes de Tucumán, Martín era alguien importante, querido, y cómo la fama de santidad estaba ampliamente extendida. Eso me conmovió. Luego tuve la gran alegría de formar parte de la comisión histórica que se constituyó con motivo de la apertura del proceso y eso me permitió acceder al conocimiento del Martín íntimo, el que en sus escritos y cartas manifiesta una profunda vivencia sacerdotal y un deseo de vivir el amor a Cristo a través del servicio en el ministerio presbiteral.

P.: ¿Qué hacía especial al Padre Martín?

R.: Su vida era aparentemente sencilla. Pero dejaba traslucir a Dios, transmitía paz y sosiego. Marcado siempre por la alegría, manifestada en su sonrisa.

P.: ¿Qué rasgo de los Operarios era más característico en el Padre Martín?

R.: El deseo de formar santos sacerdotes, siguiendo el ideal de Mosén Sol de que la mayor obra era contribuir a dar muchos y buenos sacerdotes a la Iglesia. Eso fue lo que le llevó, estando en el Seminario Mayor de Toledo, a ingresar en la Hermandad. Con un espíritu de entrega total, como expresó en su frase “trabajar para Dios no conoce horarios”.

P.: ¿Cómo se está viviendo este proceso de beatificación en su Sonseca natal?

R.: Con mucha ilusión y deseo de que pronto la Iglesia reconozca su santidad. Está siendo un revulsivo para un pueblo caracterizado por una intensa vida cristiana, manifestada en abundantes vocaciones sacerdotales, aún hoy día. Se percibe entre la gente del pueblo un gran orgullo por la figura de Martín y desde todos los ámbitos sociales y políticos se está haciendo un agradecido reconocimiento de su persona. Entre ellas está la aprobación en pleno municipal de la dedicación de una plaza y la erección de un monumento.

P.: ¿Qué era Tucumán y la parroquia de Montserrat para el Padre Martín?

R.: El objeto de un amor de entrega. Martín vivió intensamente todas sus etapas sacerdotales, pero Tucumán fue donde culminó su entrega. Tras los años de formador de sacerdotes, en la parroquia de Montserrat desplegó también todo su espíritu de servicio.

P.: Y para los feligreses de Tucumán, ¿quién era y es el Padre Martín?

R.: El clamor general entre el Pueblo de Dios en Tucumán es que el Padre Martín era un santo. No hay duda entre ellos, de lo que es muestra la rapidez con que se ha iniciado el proceso de beatificación, apenas once años después de su muerte, no comenzando antes por los problemas de la pandemia.

P.: El Padre Martín era un hombre que amaba profundamente a la Iglesia…

R.: Sí, sin duda. Un amor que se expresó en su disponibilidad para la misión y en su entrega generosa al anuncio del Evangelio donde se le pidiese.

P.: ¿Cree que su beatificación llegará pronto?

R.: No lo sé, pero lo deseo. Creo que una figura sacerdotal como la del Padre Martín es todo un ejemplo para alentar el anhelo de santidad entre los sacerdotes, animándoles a una entrega total, sin fisuras, a Cristo y al servicio de los hermanos. Un servicio que “sin horarios” está disponible las veinticuatro horas del día, sobre todo amando al Señor en los que sufren, en los ancianos y humildes. Creo que es un modelo muy del estilo que desea el Papa Francisco y que es válido para los sacerdotes de todo el mundo. En el presbiterio diocesano de Toledo, don Martín está siendo cada día más conocido y apreciado; entre los seminaristas, particularmente me llama la atención entre los menores, también va creciendo el conocimiento y la veneración por la figura de un sacerdote que se entregó del todo.

Nota biográfica de D. Miguel Ángel Dionisio Vivas

Nacido en Toledo en 1970, fue ordenado sacerdote en 1995. Su primer destino fue la parroquia de Sonseca, como vicario parroquial, donde coincidió varios veranos con el Padre Martín, participando en sus bodas de oro sacerdotales. Ha desarrollado su ministerio en diversas parroquias de la diócesis toledana. Es doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid, trabajando en la actualidad como profesor de Historia de la Iglesia en el Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo, profesor en la Universidad Rey Juan Carlos y archivero adjunto del Archivo Diocesano de Toledo, además de ser académico de número de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Ha publicado diferentes libros y artículos sobre Historia Contemporánea e Historia de la Iglesia, siendo su última obra El Santo de la bicicleta. Un recorrido a través de la vida del Siervo de Dios Martín Martín Martín-Tereso.