El P. Venance Kalombo realiza su vinculación indefinida a la Hermandad: «No me imagino ser sacerdote operario sin ser formador»

El P. Venance Kalombo realiza su vinculación indefinida a la Hermandad: «No me imagino ser sacerdote operario sin ser formador»

El P. Venance Kalombo es natural de Lubumbashi (R.D. Congo), donde nació hace 38 años. En la actualidad, ejerce como Rector del Seminario Menor San Francisco de Sales, en la capital congoleña. El pasado miércoles, 4 de mayo, realizó su vinculación indefinida a la Hermandad en la Casa Don Manuel. La hizo ante el Administrador general, D. José Miguel Martínez, en representación del Director general, durante una Eucaristía presidida por el Secretario general, D. Carlos Comendador. En esta entrevista, recorremos con nuestro hermano su camino vocacional.

¿Cómo surge tu inquietud por ser sacerdote?

Soy de una familia sencilla, de costumbres sanas, una vida de piedad marcada sobre todo por el ritmo de la misa del domingo. Marcada también por la imagen de mi madre con sus oraciones, perseverante en sus devociones, especialmente a la Virgen María. Mi papá, que trabajó mucho con los misioneros de África, nos llevaba a visitar conventos de los padres. Allí me impresionaba la vida de fraternidad y sencillez de los padres. Otra persona que marcó mi vida fue el párroco de mi parroquia, un misionero de África, amigo de la familia. Este hombre me parecía como el modelo de un sacerdote entregado con enorme sencillez a su ministerio, sin grandes aspiraciones; al mismo tiempo, con una profundidad en la percepción de las cosas de la vida, leída desde Dios. Su predicación era sin presunción. Un hombre que quería iluminar la vida de las familias desde la sencillez del Evangelio y un hombre del que se podía ser amigo. Mi familia gozó de la amistad de este sacerdote. Yo mismo participé en varios grupos en la parroquia. La imagen de este sacerdote me inspiró mucho. Así surgió mi inquietud par ser sacerdote.

¿Qué fue lo que te movió a dar el paso para entrar en el seminario?

Cuando terminaba la Secundaria, participaba mucho en los retiros de los jóvenes de la parroquia y algunos retiros personales. Allí meditaba mucho y sentía como una fuerza que me animaba mucho a ser sacerdote. Después de muchas reflexiones, me decidí de dar el paso para el seminario.

¿Cómo asimiló tu familia tu vocación?

Mi familia no estaba en contra de esta opción vocacional; al contrario, todos me animaban y rezaban por mí. He tenido un apoyo muy grande en mi familia durante todos los años de mi formación. Hasta ahora, me siento muy bien acompañado por mi familia.

«He tenido un apoyo muy grande en mi familia durante todos los años de mi formación»

¿Qué significa para ti ser sacerdote?

Ser sacerdote es un ministerio del servicio para los demás. Ser sacerdote es ser servidor de los demás. Yo sé que mucha gente necesita de la presencia de un sacerdote, quien, por el ejemplo de su vida, su sencillez y su palabra, puede aliviar y consolar a los que pasan por diferentes situaciones complicadas en su vida.

¿Y ser sacerdote operario?

Ser sacerdote operario es una vocación muy especial en la Iglesia, que requiere un ejemplo de vida, una vida entregada para trabajar en el campo de formación sacerdotal. No me imagino ser sacerdote operario sin ser formador. Donde quiera que esté, en una parroquia o en un seminario, tengo que pensar en la formación primero sacerdotal, pero también en la religiosa y la laical.

¿Cómo ha sido tu experiencia de fraternidad sacerdotal?

Siendo sacerdote operario, he encontrado la fraternidad, apoyo. No puedo negar lo que he recibido. Son muchos testimonios de amistad, de amor y de familia que he vivido en la Hermandad. La Hermandad es una comunidad que me ha dado no solo los tesoros de quienes han sido mis formadores, o superiores, sino sobre todo los tesoros de una tradición de pensamiento y de espiritualidad. Los que me escuchan predicar notan con qué gusto cito al Beato Manuel Domingo y Sol, fundador de nuestra fraternidad.

Los que me escuchan predicar notan con qué gusto cito al Beato Manuel Domingo y Sol, fundador de nuestra fraternidad

¿Por qué has decidido hacer la vinculación indefinida a la Hermandad?

Después de ocho años como sacerdote operario, tengo la clara idea de lo que es la Hermandad, la vida y el trabajo en equipo, el trabajo por las vocaciones y la promoción de los intereses de la gloria de Dios. Por eso, he decidido hacer la vinculación para poder también seguir como miembro de este grupo de los operarios.

¿En qué consiste tu labor como Rector en el Seminario Menor San Francisco de Sales y en la Maison Don Manuel?

En el seminario menor, mi labor consiste básicamente en el acompañamiento de los muchachos en su proceso vocacional y escolar. También me toca animar el equipo de los formadores del seminario. En la Casa Don Manuel, soy el director espiritual. Allí me toca organizar toda la vida espiritual del seminario y también el acompañamiento individual de los muchachos.

¿Qué es lo que más te gusta de esta labor?

Me gusta mucho estar con los muchachos, compartir la vida con ellos y ayudarlos a descubrir el camino vocacional y seguirlo.

¿Qué retos tiene hoy la formación sacerdotal?

Hoy, más que nunca, la formación sacerdotal requiere sacerdotes muy entregados y muy bien formados para acompañar a los que están en formación. Sacerdotes que pueden influir positivamente en los chicos con su testimonio de vida. Se requiere también un trabajo muy fuerte sobre las motivaciones vocacionales, para no dejar pasar a cualquiera.

«Hoy, más que nunca, la formación sacerdotal requiere sacerdotes muy entregados y muy bien formados para acompañar a los que están en formación»