El P. Léonard Kilanga hace la vinculación indefinida a la Hermandad: “Discernir las vocaciones es el aspecto más difícil del ministerio de la formación”

El P. Léonard Kilanga hace la vinculación indefinida a la Hermandad: “Discernir las vocaciones es el aspecto más difícil del ministerio de la formación”

El Seminario Mayor de Malanje (Angola) acogió el pasado jueves, 26 de mayo, la vinculación indefinida a la Hermandad del P. Léonard Kilanga, en presencia del Director general. D. Florencio Abajo.

Nacido en Lubumbashi (RD. Del Congo) hace 37 años, el Léonard Kilanga se formó en el Seminario Menor San Francisco de Sales y en la Casa Don Manuel de su ciudad de origen, y luego completó sus estudios en el Seminario Mosén Sol de México. En la actualidad, ejerce como formador en el Seminario Mayor de Malanje.

En esta entrevista, repasa los orígenes de su vocación y las claves de su misión actual en la Hermandad.

¿Cómo surge tu inquietud por ser sacerdote?

Varios factores impulsaron mi vocación de ser sacerdote. Mi padre, siendo un cristiano muy comprometido, mantuvo en su familia un ambiente bastante piadoso y cristiano que pudo favorecer mi vocación.

Otro elemento decisivo es que me gustaban mucho los cantos, y en la Misa me gustó escuchar al celebrante cantar el prefacio. Un día, llegué a decirles a mis padres: «Me gustaría ser sacerdote para hacer como él». En ese momento, estaba un padre jesuita como párroco, el padre Brisbois. Es este último quien me envió al seminario menor. Todo el curso del seminario me permitió madurar en esta llamada, que se verá reforzada por el encuentro y la asociación con algunos sacerdotes.

¿En qué consiste tu labor como formador en el Seminario Mayor de Malanje?

He dedicado la mayor parte de mi ministerio sacerdotal a la formación de seminaristas. Cuando uno es formador en un seminario, además de los cursos y la formación intelectual de los seminaristas, tiene la gran responsabilidad de discernir las vocaciones, de ver si una vocación es auténtica o no. En mi opinión, este es el aspecto más difícil del ministerio de formación.

Es una tarea muy delicada pronunciarse sobre la vida de un hombre, ya que uno puede equivocarse. Pero, mi principal alegría es servir. Cuando me doy cuenta de que estoy al servicio de los demás, que soy útil para algo, que, en el nombre del Señor, lleva alegría a los demás, soy feliz. Me aferro firmemente a la dimensión de servicio del ministerio sacerdotal. Y más allá de la aspereza del servicio, les digo con el corazón en la mano, como sacerdote, estoy muy feliz. Si tuviera que retomar mi vida, caminaría el mismo camino con Cristo.

¿Por qué has decidido hacer la vinculación indefinida a la Hermandad?

Decidí hacer la vinculación indefinida con la Hermandad porque vi que Dios me educó en estos años para ver que, en mi vida, este es el cumplimiento del ideal sacerdotal. Por eso, pedí la vinculación indefinida con la Hermandad. Es un paso que exige mayor coherencia en mi forma de ser sacerdote, pero también sé que la Hermandad me acompaña a través de mis compañeros para ayudarme. Vincularme indefinidamente a la Hermandad, aún más estrechamente, es responder al Señor según la intuición del Beato Manuel Domingo y Sol.

Algunas frases que te inspiren…

«¡Oh, qué gran cosa es el sacerdote!». «Dejar una parroquia veinte años sin sacerdote: allí adoraremos a los animales». Ambas son de Jean Marie Vianney, el Santo Cura de Ars.

También esta reflexión:

Algunos ven tus vicios

Veo tus sacrificios

Otros ven tus caídas

Veo tus luchas

Cuando nos llaman traidores

Y que, sin piedad, nos manden a pastar

Somos recibidos por el Maestro

El que prueba nuestros lomos y nuestros corazones

¡Nos hará mejores!