Se cumplen 100 años del nacimiento del Padre Martín

Se cumplen 100 años del nacimiento del Padre Martín

Tal día como hoy, el 11 de noviembre de 1923, nacía en Sonseca (Toledo, España), el Siervo de Dios Martín Martín Martín-Tereso, sacerdote operario diocesano. Celebramos el centenario de su nacimiento con alegría y con agradecimiento a Dios por su vida entregada.

Hoy, 11 de noviembre de 2023, se cumplen 100 años del nacimiento del Siervo de Dios Martín Martín Martín-Tereso, sacerdote operario diocesano. El Padre Martín, como era conocido, falleció en 2011 en Tucumán (Argentina) , rodeado de una gran fama de santidad. En octubre del pasado año, se abrió la fase diocesana de su Causa de Beatificación y Canonización. Te animamos a rezar por su pronta beatificación.

Breve biografía del P. Martín

El Siervo de Dios Martín Martín Martín-Tereso nació en Sonseca (España) el 11 de noviembre de 1923. Después de estudiar en el Seminario de Toledo ingresó en la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús con el deseo de vivir la santidad sacerdotal. Fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1949 y realizó su primera consagración a la Hermandad el 16 de julio del mismo año.

A lo largo de treinta y siete años ejerció su ministerio como formador en diversos seminarios: Sanlúcar de Barrameda (España), Segovia (España), Florida (Uruguay), Petrópolis (Brasil) y Tucumán (Argentina). Asumió diversas y variadas responsabilidades, tales como prefecto, profesor, director espiritual, administrador y vicerrector. Disfrutaba de manera particular como director espiritual y se caracterizó por ser un formador que predicaba con el ejemplo.

Durante ocho años vivió en Buenos Aires dedicándose a diversos ministerios, colaborando en algunas parroquias y acompañando a varios grupos y movimientos como Acción católica, Movimiento familiar cristiano, Cursillos de Cristiandad, Obra Manuel Domingo y Sol, etc.

Desarrolló su ministerio sacerdotal como vicario parroquial en la Parroquia de Ntra. Sra. de Montserrat en Tucumán durante los últimos diecinueve años de su vida. Se entregó totalmente a la atención espiritual de los fieles y, de manera particular, a los enfermos. Sus ministerios fueron también muy variados: Servicio sacerdotal de urgencias, asesor y asistente espiritual de grupos de matrimonios y del Movimiento familiar cristiano, colaborador en Cursillos de Cristiandad, Cursillos de novios, Acción Católica, Movimiento Puente y Movimiento Círculos de Juventud. Así mismo acudía a la Cárcel de mujeres, al Convento de las Carmelitas descalzas, a la Comunidad de las Hermanas del Huerto y era capellán del Instituto de Orientación Juvenil Buen Pastor colaborando también en otros colegios parroquiales.

El Siervo de Dios se caracterizó en todo momento por ofrecer su tiempo a los demás como signo de la entrega total de su vida. Afirmaba que “trabajar para Dios no tiene horario” y por ello se multiplicaba para responder a todas las llamadas que recibía.

La fuente de su ministerio sacerdotal era la oración, la adoración a Jesús Sacramentado y una profunda espiritualidad mariana, que compartía con los fieles a través de rosarios y denarios que elaboraba él mismo.

El amor de la ciudad de Tucumán

La ciudad de Tucumán y sus gentes lo han querido desde siempre. Y así lo expresa el hecho de que el 6 de noviembre de 2006 fuera nombrado “Mayor notable de Tucumán” por la Honorable Legislatura de Tucumán. “El Padre Martín es conocido por su permanente actitud solidaria con los enfermos, visitando los hospitales públicos para llevar alivio y una palabra de aliento para los pacientes, familiares y deudos. Su modestia, humildad y vida comprometida con la pobreza ha dado sobradas muestras de servicio y entrega para con nuestra Provincia, mereciendo el reconocimiento de todos nosotros”, rezaba la resolución del Poder Legislativo tucumano.

El 25 de junio de 2021 se le dedicó una rotonda ubicada en la intercesión de las calles Ecuador y Estado de Israel.

Goza de una fama de santidad auténtica y bien difundida en una porción muy significativa del Pueblo de Dios, especialmente en la Archidiócesis de Tucumán, donde vivió y ejerció su sacerdocio durante cuarenta y cinco años. Desde el momento de su muerte numerosos testimonios espontáneos sobre su santidad lo reconocían como “un santo en vida”.