SU MENSAJE HOY

Que no pueda decirse de un operario que pudo hacer algún bien y no lo hizo

Don Manuel Domingo

BEATO MOSÉN SOL

Su mensaje hoy

La actualidad del testimonio y de la espiritualidad del Beato Mosén Sol ha sido reflejada por Juan Pablo II, principalmente en dos ocasiones.

Mensaje de Juan Pablo II a los Sacerdotes Operarios Diocesanos

(29 de enero de 1983)

Siendo fiel a la llamada de Cristo y dócil a las insinuaciones del Espíritu, Don Manuel supo no sólo indicar las pautas adecuadas para conseguir la perfección mediante la ascesis personal, sino también daros con su conducta ejemplar y sus escritos la clave para configurar realmente la existencia sacerdotal a medida del don de Cristo. A pesar de que los años que vieron el alba de vuestro Instituto no estaban exentos de fuertes tensiones en amplios sectores de la sociedad española, no obstante Don Manuel halló sosiego confortador para su espíritu en la meditación asidua de la palabra divina y en el diálogo, traducido en vivencia personal, con Cristo que se ofrece y sacrifica por los hombres en la Eucaristía.
A la luz de esta frecuencia de trato y de experiencia cotidiana con el corazón del Redentor, sigue conservando aún hoy día originalidad e identidad propia la iniciativa de dar vida a una Hermandad cuyos compromisos apostólicos se orientan precisamente al fomento y la formación de las vocaciones sacerdotales, es decir, de los elegidos en la Iglesia para anunciar el evangelio y celebrar la Eucaristía: “La formación del clero ―dejó escrito vuestro fundador― es lo que podríamos decir la llave de la cosecha en todos los campos de la gloria de Dios” (Don Manuel Domingo y Sol, Escritos, I, Predicación, 50. 52).
En esta época, en la que lamentablemente se acusa escasez de vocaciones, el venerable Domingo y Sol es un ejemplo para todos sus hijos, que como él deben tener en el fomento de la misma su gozo y su corona.

Homilía de Beatificación

(29 de marzo de 1987)

Cierra este glorioso grupo de nuevos Beatos el sacerdote de la diócesis de Tortosa, Manuel Domingo y Sol, apellidado con razón por la Iglesia “el santo apóstol de las vocaciones sacerdotales” (Decr. super virtutibus, die 4 maii 1970: AAS 63 (1971) 156). En efecto, al presentarlo hoy a la Iglesia como un modelo sobresale, por encima de todo, su intenso apostolado en favor de las vocaciones consagradas y especialmente las sacerdotales, a las que dedicó los mejores esfuerzos de su vida.
Esta glorificación debe suponer para los sacerdotes un estímulo para tomar conciencia de cuán importante y fundamental sea este objetivo. La Iglesia necesita más sacerdotes. Pero, a su vez, es propio de la misión sacerdotal, –al participar de la solicitud de toda la Iglesia– buscar entre el pueblo fiel a jóvenes y adultos que, respondiendo generosamente a la llamada de Cristo: “ven y sígueme”, sean acompañados y formados como ministros idóneos para enseñar también a otros (2Tm 2, 2).
Así, la formación de los futuros sacerdotes, que el nuevo Beato llamaba “la llave de la cosecha”, o sea, el fomento, sostenimiento y cuidado de las vocaciones, sigue siendo en nuestros días el campo predilecto y urgente de la Iglesia y de sus Pastores. El mismo Mosén Sol,–como popularmente es conocido en su patria chica el nuevo Beato–, nos decía que “entre todas las obras de celo no hay ninguna tan grande y de tanta gloria de Dios como contribuir a dar muchos y buenos sacerdotes a la Iglesia”. Conviene resaltar también en el nuevo Beato su apostolado juvenil, en el que cifró tantas esperanzas para el futuro cristiano de los pueblos, y que sigue siendo hoy una preocupación intensa de la Iglesia.
Tota la tasca apostòlica de Don Manuel té una arrel i una font, des d’on li brollava la força i el sentit de la seva activitat eficaç: el seu esperit eucarístic i reparador, que palesa la seva espiritualitat. Vet aquí l’herència preciosa que va deixar a la seva Germandat de Sacerdots Operaris Diocesans del Cor de Jesús, fundada com una veritable fraternitat sacerdotal, tant en l’estil de vida, com en la forma de treball, per a la millor santificació dels seus membres i la major glòria de Déu.