ESPIRITUALIDAD

Que no pueda decirse de un operario que pudo hacer algún bien y no lo hizo

Beato Manuel Domingo y Sol

LA HERMANDAD

Espiritualidad

Los operarios estamos llamados a vivir con intensidad nuestra vocación a la santidad en unión con otros sacerdotes desde una espiritualidad puramente sacerdotal, la cual:

  • tiene su fuente en el sacramento del Orden,
  • encuentra su expresión plena y su alimento en la Eucaristía,
  • se centra en el amor a Jesús sacramentado, Reparador de Dios y Redentor de los hombres.

La caridad pastoral

Esto significa que el principio interior que anima y guía nuestra vida espiritual, como la de todo sacerdote, es la caridad pastoral; es decir, la participación de la misma caridad pastoral de Jesucristo. El don de nosotros mismos, raíz y síntesis de la caridad pastoral, tiene como destinataria la Iglesia.
Reconocemos que la caridad del sacerdote se refiere primariamente a Jesucristo: solamente si amamos y servimos a Cristo, Cabeza y Esposo, la caridad se hará fuente, criterio, medida, impulso de nuestro amor y servicio a la Iglesia.
Por ello establecemos una relación íntima entre nuestra vida espiritual y el ejercicio de nuestro ministerio, asumiendo lo que expresó el Concilio: “Ya que por las mismas acciones sagradas de cada día, como por todo su ministerio, que ejercen unidos con el Obispo y los presbíteros, ellos mismos se ordenan a la perfección de vida. Por otra parte, la santidad misma de los presbíteros contribuye en gran manera al ejercicio fructuoso del propio ministerio” (PO 12).

Dice el Beato Mosén Sol

Sobre la santidad sacerdotal:

“Nosotros somos llamados no sólo a la santidad, sino a un estado permanente de santidad. (..) Para el sacerdocio es preciso ser santos y caminar sin parar de producir frutos de santidad”.

Sobre el amor a Jesús sacramentado:

“El origen de nuestro deseo por el bien y fomento de las vocaciones eclesiásticas, de que Dios tenga muchos y buenos sacerdotes, ha sido –aun sin darnos cuenta- nuestro instintivo amor a Jesús sacramentado”.

Sobre la Reparación al Corazón de Jesús:

“Lo que más ha de sostener la Obra, vivificar a sus individuos y obtener gracias es el ser reparadores del Corazón de Jesús sacramentado. La vida del operario debe ser el amor y reparación al Corazón de Cristo Jesús”.